jueves, 12 de febrero de 2009

Cartas de amor

Ya se acerca el 14 de febrero, el día de los enamorados, una linda celebración, pero lamentablemente otra festividad pervertida por el comercio.
Y paseando una tarde por la Biblioteca de Santiago, vi como ellos organizaron un concurso de cartas de amor, y también, como en sus paneles colocaban lindos ejemplos de cartas enviados por grandes de la historia, como Napoleón, Simón Bolivar o nuestro Pablo Neruda entre otros.
Pero me pregunto, ¿aún se escribiran cartas de amor?, ¿se expresarán en palabras escritas lo que siente el corazón por quien nos desvivimos?. Con tanto medio o instrumento que la tecnología nos ha prodigado, quizas el tomarnos el tiempo de tomar una hoja y un lápiz para traspasar los sentimientos en palabras es algo que ha quedado algo en desuso (espero que no por cierto).
Por es su misma naturaleza la que le otorga un valor inmenso, si como sabemos, materialmente solo es necesario una hoja, un lápiz y un sobre, pero su valor esta en el tiempo dedicado, en la preocupación de poder escribir lo mejor posible cada letra, sacar a relucir la mejor de nuestras ortografías que poseamos, todo eso para que la imagen sea impecable, pero sobre todo, que logremos que nuestro corazón sea el que hable, el que se exprese, y que nuestra mente nos dé las mejores palabras posibles para plasmar sobre el papel.
¿Tarea fácil?, no por cierto, especialmente porque nuestro mayor deseo es que nuestra(o) destinataria(o) pueda comprender de la manera mas plena (y rápida naturalmente) como nuestro corazón se desvive por su ser.
A su vez, que inmensa es esa emocion al recibir una misiva amorosa, al ver como alguien se tomó el tiempo de expresarnos que sienten por uno, dejándonos un recuerdo imperecedero de un sentimiento bello y alto, al que podamos echar mano cada cierto tiempo, y recordar de aquellos momentos que por siempre se quedarán dentro de nosotros.
Es una forma tan bella de expresar lo que dentro de nosotros nace, que ojalá que por muchos correos electrónicos, mensajes de textos o cuanta otra vía que exista o este por inventarse, nunca se deje de prácticarse, aunque sea en una simple hoja de papel.
Les dejo una carta que le escribio uno de los hombres de mayor coraje y temple de la historia a su esposa, a quien siempre le profesó un amor incluso mas grande por el que sintió por su "isla", esa clase de amor al que todos aspiramos, a ese que nunca muere, a ese que resiste los mas grandes desafíos que nos dá la vida, mas allá de cualquier eventualidad pasajera, ya que es un amor de verdad, pleno, recíproco y generoso:

Enero 23, 1935

Mi querida Clemmie:
En tu carta desde Madras me escribiste algunas palabras muy queridas por mí, sobre cuánto enriquecía tu vida. No puedo expresarte qué placer me dio esto, porque me siento siempre de forma aplastante tu deudor, si puede haber cuentas en el amor.... Lo que ha sido para mí vivir todos estos años en tu corazón y compañerismo ninguna frase puede transmitirlo. El tiempo pasa velozmente pero, ¿no da felicidad ver cuán grande y creciente es el tesoro que hemos recolectado juntos, en medio de las tormentas y de las tensiones de tan agitados y en cantidad trágicos y terribles años?

Tu amante esposo. (Wiston Churchill)

No hay comentarios.: