El día 4 de junio de 2011, falleció quien fuera con seguridad el pintor chileno más destacado desde Roberto Matta, el gran Claudio Bravo. Falleció en su residencia en el lejano Marruecos, país donde residió sus últimos años de vida, y donde yacen sus restos mortales. Como todo chileno, que sea exitoso y artista, debió partir fuera de Chile, ya que el país no le ofrecía nada para poder desarrollarse y seguir evolucionando, sin siquiera mencionar del hecho de no contar con el aprecio y respeto de sus pares, una de las variantes del tan propio y nacional "Pago de Chile". Un ejemplo palpable fue la escasa difusión de la noticia de su partida, escasamente tratada en los medios de comunicación masivos, lo que personalmente me demuestra el subdesarrollo patrio.
Practicante del Hiperrealismo, sus obras le permitieron ser conocido en el mundo, al ser un creador de grandes obras de arte y un practicante aventajado de la mencionada escuela.
Y en homenaje a su vida y obra, la Corporación Cultural de Las Condes, prepara una exposición con sus primeras obras, la que comenzará el 16 de julio, la cual es una oportunidad imperdible de acercarse a sus creaciones en suelo chileno.
No vayan a perdérsela.